BRYAN, LARA
¿Cómo puede ser que con esos cuellecitos largos y esas espaldas puntiagudas los dinosauros puedan abrazarse? El pequeño T. Rex sale a averiguarlo. Basta con pasar las páginas de este libro para descubrir las peculiares formas en que los dinosaurios se abrazan. Porque, al igual que cualquiera de nosotros, ¡a los dinosaurios también les encantan los abrazos!